Arte y política como transformación

Durante todos estos meses en que la pandemia puso nuestras rutinas cotidianas en pausa, las instituciones culturales reafirmaron su rol de contención social al generar propuestas virtuales de calidad para disminuir los efectos simbólicos del aislamiento.

En Tres de Febrero, ante un municipio sin iniciativas, artistas y gestores culturales
locales tomaron la posta asistiendo y entreteniendo a los vecinos, a través de
diferentes proyectos via streaming.
El musico y gestor cultural, Guillermo “Mosqui” Halpin, lleva adelante el espacio
cultural “Isolina”, donde se brindan talleres, sala de grabación y sonido, cursos y
servicios culturales para la comunidad en Pablo Podestá. Desde su punto de vista
militante, en el Movimiento de Unidad Popular (MUP) y de la Mesa Peronista de Tres
de Febrero, el referente nos brinda su opinión sobre cómo la pandemia afectó al
sector.
¿Qué pasó con la cultura local durante la cuarentena?
Los músicos y los artistas en general nos vinos muy afectados, pero antes que
paralizarnos nos reinventamos, pensamos y propusimos otras formas de conectarnos
con nuestros públicos, esencialmente generando contenidos virtuales.
En ese hacer diferente ¿tuvieron apoyo del municipio?
Si bien el impacto negativo en el sector fue contundente y claro, desde la gestión no se
nos consideró prioritarios a la hora de tomar medidas de respuesta, pese a que
somos, justamente, los artistas quienes tendremos un rol fundamental para una mejor
reconstrucción de la época que se viene.
¿Y cómo hicieron viables las propuestas culturales durante estos meses?
En general de manera autogestiva, y en mi caso particular, con el apoyo de la Mesa
Peronista de Tres de Febrero, que desde el inicio entendió el valor estratégico que
tiene la cultura para la construcción de una sociedad realmente integrada.
¿Para que sirvió ese apoyo?
Fue vital para generar contenidos culturales en línea, streamings, y varias propuestas
que se vieron facilitadas. Así, además de asistir a los vecinos con alimentos y artículos
de higiene para complementar las necesidades básicas; también los acompañamos y
contuvimos con contenido.
La Mesa Peronista, entiende a la política como una herramienta de transformación, e
impulsa a los militantes a asumir un rol protagónico para su territorio, para su propio
barrio. En ese sentido, los artistas asumimos un doble compromiso ya que sabemos
que además de la política, el arte no solo entretiene sino que también transforma.

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