Con motivo del Día del Trabajador, los sacerdotes y religiosas que se desempeñan en las villas de la Capital y el gran Buenos Aires consideraron hoy que “es urgente resolver el tema del desempleo” ante “muchas señales de pronunciamiento de la crisis de nuestros vecinos y vecinas”, que “se traduce en un marcado aumento de la falta de trabajo y de la precarización laboral, una fuerte falta de ingresos y un desánimo social” que desemboca incluso en «la desesperación».
Por eso, dicen que. si bien “sabemos también de la buena voluntad de varios funcionarios y personas influyentes”, consideran que “hay que dar pasos contundentes para mejorar la vida de los sectores más postergados de la sociedad”, ya que “los planes sociales son necesarios en momentos como este, pero no tenemos duda de que lo fundamental es recuperar un empleo digno para las familias más desfavorecidas”.
En una declaración, los religiosos dicen que “la persona que no trabaja está herida en su dignidad, siente que está de sobra, que está descartada”, a la vez que subrayan que “resulta doloroso ver que mientras unos se dedican a la especulación financiera, muchos pierden el trabajo”, y estiman que “es conveniente que quienes gobiernan la Argentina actualmente o en el futuro expliquen cómo piensan generar empleo”.
“La crisis que pega en la clase media –advierten- impacta considerablemente en los sectores más humildes. Así, han bajado mucho las changas. Muchos pobres viven de trabajos que hacen en hogares de clase media: refacciones, pintura, albañilería, plomería, servicio doméstico. En esto ahorran y disminuyen la oferta laboral las familias afectadas por esta crisis. Todo esto hace que decaiga el desarrollo de la economía popular y el cooperativismo”.
Añaden que “a causa de esto, surgen problemas comunitarios en el seno de las familias, en la convivencia barrial y en el andar de los jóvenes. Nuestras hermanas y hermanos –puntualizan- no vislumbran un panorama alentador hacia el futuro, lo cual lleva a la desesperanza y a la desesperación. Las organizaciones sociales ayudan a contener a los que quedan afuera del sistema. Se gana así en seguridad y en inclusión”.
Entre el más de medio centenar de firmantes se cuenta uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires, Gustavo Carrara, y el padre Pepe Di Paola.