Profesores universitarios advirtieron hoy que las clases virtuales en las casas de altos estudios nacionales «castigan» a los estudiantes pobres y extienden la carga horaria de los docentes.
También dijeron que esa modalidad genera brechas entre las universidades públicas del país por el acceso a computadoras y a la calidad y velocidad de banda ancha.
En esos términos se expresaron en un informe sobre los efectos de la suspensión de clases presenciales y el aislamiento preventivo por la pandemia de Covid-19.
La Federación Nacional de las Universidades (FEDUN) y el Centro de Estudios Atenea, en un relevamiento preliminar sobre la «educación virtual forzosa para casi dos millones de estudiantes y 141 mil docentes de educación superior», alertaron que los problemas de falta de acceso a las tecnologías y a una conectividad adecuada «castigan doblemente a los alumnos de hogares pobres, ya que no todos cuentan con las mismas posibilidades de acceder a las clases virtuales ni de realizar los trabajos prácticos solicitados».
La interrupción de las clases presenciales en la educación superior también «afectó de manera particular a los estudiantes que realizaban sus residencias o transitaban trayectos prácticos hacia el final de sus carreras», según el estudio.
Señala también el informe de Atenea en colaboración con FEDUN respecto al trabajo docente que «las capacitaciones, al ser virtuales, obligan a los profesores a permanecer durante más horas frente a la computadora, en circunstancias que ya acrecentaban la carga horaria de su trabajo».
«La repentina necesidad de encarar planes de contingencia que permitieran continuar las cursadas a través de entornos virtuales en tan poco tiempo, generó y sigue generando innumerables problemas, a pesar del enorme esfuerzo que los docentes realizan para sobrellevar la situación lo mejor posible, sin afectar la calidad y apostando a mantener la inclusión social, precisó a NA el secretario general de FEDUN, Daniel Ricci.
El relevamiento comparó también las limitaciones en cuanto a calidad y velocidad de conexión local a internet y banda ancha por regiones, entre la Universidad Nacional de Tucumán (Noroeste), la Universidad Nacional del Nordeste, la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad Nacional del Comahue (Patagonia) y las universidades de Buenos Aires (UBA) y de La Matanza.
Los datos preliminares del informe indicaron que en el noreste argentino «las conexiones de banda ancha por cada 100 hogares se ubica en torno a 35,20 menos que en el promedio nacional y apenas un tercio de la cantidad de conexiones fijas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires».
Además, la velocidad de banda en el norte del país es también menor, señaló el Centro de Estudios, al apuntar que «el promedio de velocidad de provincias como Formosa (15) es duplicado por la velocidad de Buenos Aires (30) y casi triplicado por la de CABA (44).
«La situación se hace compleja al analizar la disponibilidad de computadoras en los hogares», donde «nuevamente las regiones con mayores recursos son Gran Buenos Aires, la región pampeana y Cuyo», precisó el informe, que no obstante destacó «el esfuerzo de algunas universidades por entregar becas de conectividad a aquellos estudiantes con dificultades para acceder a internet».
El estudio de los profesores universitarios y la entidad sin fines de lucro conformada por profesionales universitarios independientes también se refirió a la imposición de las clases a distancia y en contextos de virtualidad que eran de crecimiento «lento y paulatino» en las casas de estudio y se «limitan a un determinado número de carreras», antes de la pandemia.