Un hombre que decía ser juez y que venía ofreciendo sus contactos para favorecer a otro a quien desapoderó de una suma de 28.000 dólares a cambio de desvincularlo de una investigación en los tribunales federales, fue detenido al demostrarse que ni siquiera tenía el título de abogado.
Juez penal, abogado y hasta funcionario del Servicio Penitenciario Federal: esa era la «chapa» que mostraba Miguel Monteferrante ante quien se le cruzara en el camino y siempre con la idea de hacer negocios.
El 17 de abril de 2019 se presentó ante la Justicia un hombre que un año antes le había vendido un reloj de gran porte a Monteferrante a través de Mercado Libre: en aquel café éste último le hizo saber que era juez en lo penal de Lomas de Zamora y le dejó su tarjeta para que se contacte en caso de necesitar algo.
En las fiestas de fin de año de 2018 Monteferrante incluso le mandó saludos para la Navidad y la futura víctima le hizo saber que estaba preocupado porque tenía una causa ante el juez Daniel Rafecas en la cual era investigado.
Monteferrante vio la posibilidad y no la dejó pasar, ya que rápidamente le ofreció su influencia como juez a la vez que también dijo conocer a «su par» Rafecas, y que lo iba a ayudar.
Al poco tiempo, Monteferrante le llevó una resolución con sellos del juzgado federal a cargo de Rafecas en el que le hacía saber de su sobreseimiento a la futura víctima.
En abril de 2019, Monteferrante le llevó un «negocio» al hombre que consistía en ajudicarse un remate judicial de varios coches y el monto era de 2.789.000 de pesos.
Pero no tenía ese dinero y sólo le dio 2800 dólares y una moto marca Yamaha modelo FZ8 de un valor estimado en 20000 dólares.
Incluso, Monteferrante se ofreció a poner el resto del dinero por él y que cuando vendiera los vehículos del remate judicial le devolviera el préstamo.
En tanto, fue ahí donde por primera vez el hombre pensó que estaba siendo víctima de una estafa y el 17 de abril pasado realizó la denuncia contra Monteferrante.
La Justicia realizó tareas de inteligencia en donde de escuchas telefónicas surgen conversaciones en las que Monteferrante incluso se hacía pasar por abogado y funcionario del Servicio Penitenciario Federal, y al ser allanado su domicilio se encontró la motocicleta que recibió de su víctima y documentación.
El juez federal Sebastián Ramos lo procesó a Monteferrante con prisión preventiva por «defraudación» y un embargo de 2 millones de pesos.