«Hubo una crisis política que todos conocemos que se desató la semana siguiente a las elecciones y hubo decisiones de cambio de Gabinete, la más importante creo que es la del jefe de Gabinete, la llegada de Juan Manzur. Y a último momento se decidió que (Santiago) Cafiero no quedara afuera del Gabinete. Esa fue la razón que aparentemente motivó que me pidieran la renuncia», sostuvo el ex titular del Palacio San Martín.
En declaraciones radiales, el dirigente peronista reconoció que en ningún momento se le cruzó por la mente la posibilidad de que su puesto estuviera en duda: «Yo pensé que no iba a ocurrir con la Cancillería, que funcionaba y funciona muy bien».
Al ser consultado sobre si se sintió defraudado o herido por la decisión de Alberto Fernández de removerlo del puesto, Solá afirmó: «Sí, por la forma en que lo recibí. Un llamado del propio Cafiero me pareció que no era la apropiado por una cantidad de razones».
Pese a esa situación, que se generó en medio de la crisis política que enfrentó el Gobierno y cuando Solá se encontraba en una gira oficial por México para participar de la Cumbre de la CELAC, el ex canciller indicó que «tomaría un café con el Presidente o con Santiago Cafiero» si lo llaman para reunirse.
Al analizar la designación de Cafiero como ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, el ex gobernador bonaerense apuntó a la «inexperiencia» del dirigente oficialista en cuestiones de diplomacia, aunque sopesó al destacar su estrecha relación con Alberto Fernández.
«Creo que lo que tenga de inexperiencia lo puede solucionar con la cercanía que tenga con el Presidente. Esa cercanía es muy importante para el canciller, porque en la política exterior se toman decisiones que impactan a todos los argentinos y no a un sector. Y entonces hay que tener mucho cuidado en ese sentido. Y uno tiene que ser muy coherente con lo que piensa el presidente. Y para eso tiene que saber permanentemente, varias veces por día a veces, qué piensa el Presidente. En ese sentido creo que Cafiero tiene esa ventaja. Y creo que tiene otra desventaja de inexperiencia, en la política y en lo diplomático. Creo que hay que verlo caminar», aseguró.
El ex jefe de la cartera diplomática señaló que no volvió a hablar con el Presidente tras un breve intercambio que mantuvo por celular al momento de su desplazamiento.
«Uno habla con el Presidente cuando lo llaman. No me llamó. Fue sólo el famoso WhatsApp. Yo estaba en el avión en El Salvador. Me envió un WhatsApp. Yo le pedía que no se anunciara la noticia, así yo no quedaba desapoderado en México, pero la necesidad de anunciar el Gabinete nuevo era muy grande. Me contestó explicándome que los tiempos eran distintos y que lamentaba mucho que así fuera», relató.
Finalmente, Solá deslizó que el puesto de canciller podría haber sido su último rol como funcionario público: «La política no se abandona nunca. A un cargo público no sé (si volvería), creo que no. Lo que uno necesita es estar vinculado, buscar la mayor cantidad de vínculos posibles. Y el peronismo cada vez va a necesitar más vínculos y recuperar vínculos. Inclusive con gente que está en la oposición y se puede conversar también. Porque para gobernar un país en la situación de la Argentina, tan difícil, que no tiene moneda, hacen falta hacer acuerdos políticos profundos».
SOLÁ ROMPIÓ EL SILENCIO TRAS SU POLÉMICA SALIDA DE CANCILLERÍA Y CUESTIONÓ LA FORMA «NO APROPIADA» DE SU DESPLAZAMIENTO
El ex canciller Felipe Solá rompió el silencio tras su polémica salida del Gobierno y cuestionó la forma "no apropiada" de su desplazamiento, a la vez que contó que no volvió a hablar con el presidente Alberto Fernández.