El economista jefe de la Fundación de investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Daniel Artana, alertó sobre las consecuencias del debate interno en el oficialismo en torno a la política de tarifas de servicios públicos y lamentó que por «impericia» se vaya a «desperdiciar la oportunidad de hacer un ajuste indoloro gracias a los excepcionales precios de exportación».
«Tarifa que no se ajusta hoy es más tarifazo mañana», señaló en el último Boletín Mensual de FIEL, en alusión tanto al debate entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y su subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, como al proyecto de ley presentado por el bloque del Frente de Todos y bancadas afines para reducir en un 50% la tarifa de gas de determinadas regiones del país.
Artana advirtió que los buenos datos en materia fiscal, monetaria y de precios de exportación de las commodities corren el riesgo de ser neutralizados por las discusiones de «una coalición dividida y con algunas de sus partes altamente ideologizadas» y recordó que el «rodrigazo» de junio de 1975 fue en rigor el desenlace de más de dos años de congelamientos de tarifas y controles de precios.
En ese sentido, destacó que «los datos fiscales del primer trimestre del año muestran una reducción de 70% interanual del déficit primario, medido en moneda constante» con una mejora en los ingresos mayor a la suba del gasto primario.
Pero en la composición del gasto, remarcó que hubo por un lado «un aumento de 26% real en los subsidios al sector privado» pero por el otro «una caída en la masa salarial y en las jubilaciones, resultado este último de penalizar más a quienes aportaron (que, en su gran mayoría, cobran más que el haber mínimo) de lo que se favoreció a quienes obtienen la jubilación mínima».
«Aún a pesar de la baja calidad de la corrección fiscal, se podía proyectar un desequilibrio primario inferior al presupuestado de 4.2% del PIB. Esa hubiera sido una excelente carta de negociación para acelerar un acuerdo con el FMI», destacó.
No obstante, Artana lamentó que, además de la «segunda ola» de la pandemia de coronavirus que va a demorar el ritmo de recuperación, «una coalición dividida y con algunas de sus partes altamente ideologizadas, no demoró en hacer un rápido giro de campana».
«La discusión tarifaria, además de minar buena parte de la credibilidad que le quedaba al equipo económico, se comerá parte de la holgura fiscal y complicará los intentos por reducir seriamente la inflación luego de las elecciones de medio término», indicó.
Para sintetizar su razonamiento sentenció que «tarifa que no se ajusta hoy es más tarifazo mañana».
Para Artana, «es difícil prever cuántas veces la coalición gobernante necesitará tropezarse con la misma piedra para evitar dañar todavía más a la economía».
Sostuvo que «el Gobierno ya vivió en el tercer trimestre del año pasado lo que ocurre cuando se desborda el déficit financiado con emisión: aumenta la brecha cambiaria, eso obliga a un BCRA con escasas reservas a depreciar más rápido el tipo de cambio oficial y finalmente se acelera la inflación».
«Por impericia, estamos por desperdiciar la oportunidad de hacer un ajuste indoloro gracias a los excepcionales precios de exportación», puntualizó, al tiempo que consideró que el error podría derivar de «una lectura equivocada de los sucesos pasados».
Al respecto, indicó que «la historia oficial es que los problemas argentinos de larga data empezaron en 1975», pero desde su perspectiva «empezaron antes, cuando se diseñó un programa en 1973 que, en lugar de corregir los desequilibrios fiscal y monetario heredados, los potenció, y desaprovechó así un boom transitorio en los precios de exportación».
«En resumen, no leer las restricciones o desperdiciar las oportunidades es la mejor receta para el fracaso», finalizó.