UNA NUEVA ETAPA QUE SUPONE DESAFÍOS INMEDIATOS PARA ALBERTO FERNÁNDEZ Y SU GOBIERNO

Alberto Fernandez y Cristina Fernandez luego de asumir como presidente y vice en el Congreso de la Nacion. Foto NA: HUGO VILLALOBOS

A las 11:57 de este martes 10 de diciembre se inició una nueva etapa en la historia democrática argentina y al mismo tiempo, una luz de esperanza se terminó de encender al final del túnel para los sectores de la sociedad más golpeados por la crisis.
   Tras la victoria del Frente de Todos en las últimas elecciones, que estableció el punto final para los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, el presidente electo Alberto Fernández juró en el cargo en el Congreso de la Nación y en su primer discurso como jefe de Estado convocó «a la unidad» de la sociedad y resaltó la necesidad de «poner a la Argentina de pie».
   Asimismo, Fernández prometió llevar adelante políticas públicas que propicien una reactivación del aparato productivo doméstico, de igual modo que fomenten la «cultura del trabajo» generando empleo genuino y robustezcan el poder adquisitivo de la gente, en momentos en los que la inflación golpea duro los bolsillos.
   Al mismo tiempo, destacó la importancia de que «se vuelvan a encender los motores» de la economía nacional y en este sentido, se espera que el mandatario lance a la brevedad una serie de medidas para mitigar el impacto de la crisis en trabajadores y jubilados antes de que concluya el año. De todas maneras, en su discurso se abstuvo de ofrecer pistas al respecto -en efecto, apenas un puñado de anuncios realizó-.
   Después de las intensas gestiones tendientes a la conformación del Gabinete que presentó el viernes pasado, Fernández juró este martes acompañado por la ex mandataria, senadora y vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, y fue vitoreado por los legisladores peronistas que asistieron a la ceremonia, de igual modo que por gobernadores e intendentes, entre otros.
   También fue aplaudido por líderes gremiales de la CGT, aunque está por verse a partir de ahora cuánto durará la «luna de miel» que el movimiento obrero está dispuesto a concederle al ex jefe de Gabinete kirchnerista, que enfatizó que recibe de manos de Macri un país «frágil, postrado y lastimado».
   Asimismo, es incierta por estas horas la postura que adoptarán en los próximos días las agrupaciones piqueteras más combativas, que en las últimas semanas han insistido en su reclamo callejero, en la ciudad de Buenos Aires, para que se implemente de manera seria y concreta la Emergencia Alimentaria.
   Fernández sabe que necesita de inmediato llevar dinero a los bolsillos de la gente, en primer término, para combatir el hambre y la pobreza, y en segundo lugar, con el objetivo de revitalizar el consumo, pilar fundamental -según su criterio- para comenzar a reanimar a una Argentina «postrada».
   Toda la «rosca» política desatada en torno de la configuración del Gabinete genera, sin embargo, sospechas de que esas mismas tensiones entre los distintos sectores que conforman el Frente de Todos puedan interferir en la toma de decisiones del Gobierno, después de que fuera Cristina, específicamente, la que designó a Fernández como candidato presidencial de ese espacio.
   En algún momento de las negociaciones tendientes a nombrar a su cuerpo de colaboradores más estrechos, dio la sensación de que Cristina borraba con el codo lo que el presidente electo intentaba escribir con la mano, lo que dejó entrever un poder de injerencia mucho más significativo del que el propio Fernández había anticipado: «cero» influencia, había asegurado, de parte de la líder del Instituto Patria.
   De cualquier modo, este lunes se constituyó en una jornada histórica para el país, con un traspaso de mando institucional después de que Macri se convirtiera en el primer jefe de Estado no peronista que logra cumplir su mandato desde el regreso de la democracia a la Argentina (1983).
   El justicialismo, ciertamente, contribuyó para que eso suceda, proponiéndose acompañar a Macri hasta el final de su gestión pese al decepcionante gobierno que llevó adelante el jefe del PRO tras vencer al kirchnerismo en 2015, con sus políticas de ajuste que sumieron al país en una crisis que ahora Fernández y compañía están obligados a revertir.
   «Nos ha llegado la hora, por eso estoy aquí», enfatizó este martes el flamante Presidente de la Nación, en el epílogo de un extenso discurso en el Parlamento.

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