Desde hacía 12 años, Alejandro Pechito Ferreiro vivía en Scalabrini Ortiz y Santa fe. Compartía su monoambiente con dos perros, un televisor y cualquiera que pasará por esa esquina concurrida de Palermo. Pechito era un “indigente”, un “sin techo”, una persona “en situación de calle”.
“Era un personaje. Bueno no, porque personaje a veces me suena mal. Era una persona digna que amaba la libertad”, explica Edith, una de sus vecinas en el documental. Es que Pechito se había convertido en una especie de ícono popular. Los turistas y los famosos se acercaban a conocerlo, los canales de televisión se deleitaban con su elocuencia y hasta había mantenido una breve correspondencia con el Papa Francisco. Pero como explica Edith, Pechito no era un personaje pintoresco, era una persona.
Una más de esas casi 1091 personas que viven en situación de calle en la actualidad según los datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad, o de las casi 4394 que ya había en 2017 según expone un censo alternativo realizado por el Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad, la Auditoría General porteña, la Defensoría del Pueblo y más de 50 organizaciones sociales.
El 30 de agosto de 2013 una camioneta del BAP (Buenos Aires Presente), un organismo que depende del Gobierno de la Ciudad que tiene como objetivo manifiesto atender a personas en “situaciones de emergencia o con derechos vulnerados”, se llevó a Pechito.
Sin datos sobre su paradero, sus vecinos comenzaron la búsqueda. Recorrieron hospitales pero no había sido ingresado en ninguno, llamaron al organismo pero no obtuvieron respuesta, y crearon una página de Facebook para recolectar información.
Llegaron a presentar un habeas corpus. 48 horas después Pechito apareció en el Hospital Piñero. Su estado de salud había empeorado muchísimo y, según expresan los vecinos en el documental, tenía signos en el cuerpo de haber sido golpeado.
El 7 de septiembre Pechito murió. Los vecinos presentaron tres pedidos ante la Justicia para que se investigaran los motivos por los que había sido levantado de Scalabrini Ortiz y Santa Fe, qué había pasado esos casi tres días que estuvo desaparecido y cuáles habían sido las causas de su fallecimiento.
Los pedidos no prosperaron. Cinco años después, los vecinos siguen sin tener respuestas. Para mantener viva su memoria, donde supo estar su “casa”, pintaron un mural que lo retrata junto a un “Gracias” y pusieron una placa pidiendo justicia.
“Yo creo que no es pecado ser indigente, ¿no?”, interpela Pechito desde la pantalla.
Mira el trailer:
Pechito, hijo de la vida de Ruth Gómez
Sábado 10 de noviembre a las 19.
Sala Mabel Gutiérrez, Espacio Memoria (Ex Esma).
Av. del Libertador 8151.