El calvario de la mujer fue provocado por dos sujetos que ingresaron a su casa de la calle Constancio Vigil y la trataron con extrema violencia, debido a que no estaban conformes con el dinero que hallaron.
Una madrugada de terror vivió una jubilada en su vivienda de Quilmes Oeste, donde ingresaron dos delincuentes que la levantaron de la cama a los golpes y la maniataron, luego la golpearon con ferocidad y hasta amenazaron con prenderla fuego mientras revolvían la casa, hasta que encontraron dinero en efectivo y escaparon, también, con varios objetos de valor.
La víctima, de 65 años, no se despertó cuando los malvivientes irrumpieron en su propiedad, ubicada en la calle Constancio Vigil al 3500, entre Mosconi y Palmas de Mayorca, en el barrio Los Cedros. Cerca de la 3 AM de ayer, la mujer se sobresaltó cuando, a los gritos y a punta de pistola, dos sujetos le cortaron el sueño.
Con extrema agresividad, la levantaron y la ataron de pies y manos. Luego, comenzaron a dar vuelta la casa en busca de dinero. En principio, como no lo encontraban, comenzaron a golpearla y la mujer les indicó dónde guardaba unos pesos. Pero no conformes con eso, siguieron pegándole porque querían más, aunque la mujer les juraba que era sus únicos ahorros.
En ese momento, uno de los sujetos, el más agresivo de los dos, amenazó a la jubilada con prenderla fuego varias veces. Su cómplice, en tanto, se dedicaba a buscar billetes en cada rincón de la vivienda. Una vez que constataron que ya no había más efectivo, los atracadores escaparon con un botín de dinero y objetos de valor.
Tras el hecho, la víctima logró desatarse y pidió ayuda. Una vecina llamó al 911 y numerosos patrulleros llegaron de inmediato. Efectivos de Policía Científica trabajaron en el lugar durante la mañana en busca de pistas y rastros que sirvan como prueba para identificar a los responsables.
La jubilada radicó la denuncia en la Comisaría 9na. de Quilmes, pero en su descargo no pudo precisar los elementos que le robaron de su casa, ya que todavía se encontraba en estado de shock por el calvario que había sufrido unas horas antes.